- Editorial:
- ORCINY-PRESS
- Año de edición:
- 2015
- Materia
- Libros - terror y gótico
- ISBN:
- 978-84-943181-6-0
- Páginas:
- 292
- Encuadernación:
- Rústica
FANTASMA
LAURA LEE BAHR
Al parecer, como apunta Tamara Romero en el imprescindible prólogo a la edición española de Fantasma, te llamas Richard, tienes 26 años y vives en Los Ángeles. Sueñas con ser músico, pero por ahora te conformas con trabajar en una oficina dividida en cubículos grises. Mientras sostienes esta novela, prosigue Romero, «te das cuenta de que uno de los motivos por los que apenas recibes visitas o (directamente) por los que no tienes muchos amigos es que no dispones de sofá para acomodarlos...
Al parecer, como apunta Tamara Romero en el imprescindible prólogo a la edición española de Fantasma, te llamas Richard, tienes 26 años y vives en Los Ángeles. Sueñas con ser músico, pero por ahora te conformas con trabajar en una oficina dividida en cubículos grises. Mientras sostienes esta novela, prosigue Romero, «te das cuenta de que uno de los motivos por los que apenas recibes visitas o (directamente) por los que no tienes muchos amigos es que no dispones de sofá para acomodarlos». Así que una mañana, al salir de casa para dirigirte a tu odioso trabajo, «observas que a las puertas de tu apartamento alguien ha dejado un sofá». Y tienes dos opciones: dejarlo donde está o subirlo a casa.
Esa es la primera decisión que deberías tomar, como lector pero también como protagonista, o mejor, coprotagonista, en la primera obra de Laura Lee Bahr que llega a España, Fantasma, si la novela hubiera acabado siendo lo que su autora pretendió que fuera: un Elige tu propia aventura macabro. Pero la cosa no terminó siendo así, y aunque las preguntas se hacen (las hace una voz en off que casi puedes oír mientras lees), no eres tú, como lector y coprotagonista, quien las responde. Es la propia Laura Lee Bahr, que decidió que, después de todo, su novela sería aún más caleidoscópica si se limitaba a incluir todas las opciones posibles. Así, el lector, el coprotagonista, no se limitaría a vivir una única aventura sino que podría comprobar lo que ocurría si tomaba, a la vez (aunque en realidad es una tras otra) todas las decisiones posibles.