COLONOS DE CATAN

Catan es el juego que cambió el juego. Si tu ludoteca aún no tiene este clásico de Klaus Teuber de 1995, ganador del Spiel des Jahres, te estás perdiendo de la pieza fundamental que ha definido la revolución de los juegos de mesa modernos. Es una isla de estrategia, comercio y asentamientos que te atrapa y no te suelta.

En Catan, montas tu propia civilización en un tablero de hexágonos que nunca es igual. Los terrenos cambian, los dados ruedan y tú... tú tienes que estar al quite para sacarle todo el jugo a tus recursos: madera, lana, grano, ladrillo y mineral. Es como un Tetris de materias primas, construyendo pueblos, caminos y ciudades, y con las cartas de desarrollo puedes dar el golpe maestro que te lleve a la gloria.

La chicha del juego está en el regateo. ¿Te falta lana para ese poblado? Pues a negociar se ha dicho, con la astucia de un mercader medieval. Y no solo con tus colegas, también tienes puertos para intercambios más "oficiales" o la banca para esos trueques de último recurso.

Pero no todo es paz y amor en la isla de Catan. Cuando sale el siete, se desata la movida con el ladrón, el típico que te fastidia el turno y te corta el rollo de los recursos. ¿Que cómo se gana? Pues juntando puntos de victoria como si no hubiera un mañana, ya sea por construir, por tener la carretera más larga, el ejército más grande o las cartas de desarrollo que a veces son como un as bajo la manga.

Y aunque parece que hay mil cosas en marcha, es que ni te imaginas lo sencillo que es pillarle el tranquillo. Es de esos juegos que en un momentito ya estás metido hasta el fondo, decidiendo, construyendo, negociando y, a veces, maldiciendo los dados.

Catan es tan equilibrado que te mantiene al filo del asiento hasta el último minuto, porque aquí ganar por un pelo es la norma. Es un tira y afloja constante, donde cada jugada puede darle la vuelta a la partida. Vamos, que si lo tuyo es conquistar mundos sin salir de la mesa, Catan es tu billete a la aventura.

De 3 a 4 jugadores
A partir de 10 años
Unos 90 minutos de juego por partida